PROCESO Y REFLEXIÓN
Recuerdo la clase en la que Marimar explicó la práctica del vídeo, yo estaba nada más y nada menos que en la última fila… pobre de mí. Cuando salimos del aula nos reunimos las ''cabanyaleras'' para recopilar toda la información que nos habíamos enterado y unas primeras ideas fugaces surgieron. ¿Cómo enfocarlo? ¿A quién dirigirlo? ¿Quién saldría en él? Muchos interrogantes con los que soñamos esa noche.
Justo al despertarnos
nuestro grupo de Whatsapp echaba fuego, como una aparición divina se me
ocurrió la idea de la cerilla. Se me vino a la cabeza una canción de Calle 13: ''...Quieren detener el incendio que se
propaga, pero hay fuegos que con agua no se apagan''
Es cierto, la ilusión
que sentimos en ese momento no era normal, nadie podía estropearnos el día
porque teníamos la clave, lo que simbolizaba para nosotras la educación social.
Quiero contaros un
secreto queridas/os lectoras/es, que este grupo de trabajo surgió con total
espontaneidad, que solamente nos conocíamos de antes Indira y yo y que parece
que hemos crecido todas juntas. Hacer esta práctica nos ha unido mucho porque
nos ha dado la oportunidad de descubrir la actitud de cada una, cuando cierta
mirada indica que se va a derrumbar o las veces que nos ha salvado el
comentario de: ‘’Venga chicas, que nos
merecemos un café’’. Tal vez tengamos simplemente suerte. Qué sé yo.
Poco tiempo, muchas cosas
en el aire, pero arrancamos la máquina en el minuto 1.

Más tarde (PRIMER CAFÉ)
empezamos a grabar las primeras escenas, las de las cerillas. Teniendo en
cuenta lo ‘’zarpas’’que somos y que no queríamos quemar el estudio de mi tito
nos tomamos nuestro tiempo para que todo quedara perfecto.
El segundo día fuimos a
Murcia con mucho ánimo para grabar las escenas de los círculos de personas,
estábamos Lorena, Indira y yo. Tomándonos un café (SEGUNDO CAFÉ) conocimos a
una pareja de chicos que quiso ayudarnos, ellos son los que salen paseando por
la calle y empiezan una discusión violenta que se calma justo antes de llegar a
violencia física gracias a la unión de personas externas, ajenas a ellos, que
se dan la mano rodeándoles. A estas personas tampoco las conocíamos simplemente
accedieron a participar en el vídeo. Unas más tímidas que otras acababan con
una gran sonrisa. Buscando cómo dar vida a nuestras ideas nos encontramos con
una amiga de Lorena que está acabando los estudios de Arte Dramático y quiso
ayudarnos, a ella la acompañaron varios compañeros suyos que nos dieron mucha
seguridad. ¡Quedó de lujo!
Grabamos varias escenas
aquella tarde pero aún así quedamos otro día más con el resto del grupo para
terminar de grabarlas todas.
Personalmente creo que
esta actividad ha ido más allá de hacer un vídeo. Ha sido un trabajo duro pero
reconfortante y sólo me queda agradecer a las personas que nos han apoyado,
dentro y fuera del vídeo, con sus opiniones y sobre todo con su crítica.
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