martes, 8 de noviembre de 2016

Detrás de las cámaras



PROCESO Y REFLEXIÓN

Recuerdo la clase en la que Marimar explicó la práctica del vídeo, yo estaba nada más y nada menos que en la última fila… pobre de mí. Cuando salimos del aula nos reunimos las ''cabanyaleras'' para recopilar toda la información que nos habíamos enterado y unas primeras ideas fugaces surgieron. ¿Cómo enfocarlo? ¿A quién dirigirlo? ¿Quién saldría en él? Muchos interrogantes con los que soñamos esa noche.
Justo al despertarnos nuestro grupo de Whatsapp echaba fuego, como una aparición divina se me ocurrió la idea de la cerilla. Se me vino a la cabeza una canción de Calle 13: ''...Quieren detener el incendio que se propaga, pero hay fuegos que con agua no se apagan'' 
 Es cierto, la ilusión que sentimos en ese momento no era normal, nadie podía estropearnos el día porque teníamos la clave, lo que simbolizaba para nosotras la educación social.


Quiero contaros un secreto queridas/os lectoras/es, que este grupo de trabajo surgió con total espontaneidad, que solamente nos conocíamos de antes Indira y yo y que parece que hemos crecido todas juntas. Hacer esta práctica nos ha unido mucho porque nos ha dado la oportunidad de descubrir la actitud de cada una, cuando cierta mirada indica que se va a derrumbar o las veces que nos ha salvado el comentario de: ‘’Venga chicas, que nos merecemos un café’’. Tal vez tengamos simplemente suerte. Qué sé yo.

Poco tiempo, muchas cosas en el aire, pero arrancamos la máquina en el minuto 1.

Lo primero que hicimos fue quedar y después de pequeños debates, charlas filosóficas y terapia de grupo adolescente, creamos un papel (EL papel) donde pusimos todas y cada una de las escenas (posibles o no) que pensábamos ideales para que formaran parte de nuestro vídeo.
Más tarde (PRIMER CAFÉ) empezamos a grabar las primeras escenas, las de las cerillas. Teniendo en cuenta lo ‘’zarpas’’que somos y que no queríamos quemar el estudio de mi tito nos tomamos nuestro tiempo para que todo quedara perfecto.
El segundo día fuimos a Murcia con mucho ánimo para grabar las escenas de los círculos de personas, estábamos Lorena, Indira y yo. Tomándonos un café (SEGUNDO CAFÉ) conocimos a una pareja de chicos que quiso ayudarnos, ellos son los que salen paseando por la calle y empiezan una discusión violenta que se calma justo antes de llegar a violencia física gracias a la unión de personas externas, ajenas a ellos, que se dan la mano rodeándoles. A estas personas tampoco las conocíamos simplemente accedieron a participar en el vídeo. Unas más tímidas que otras acababan con una gran sonrisa. Buscando cómo dar vida a nuestras ideas nos encontramos con una amiga de Lorena que está acabando los estudios de Arte Dramático y quiso ayudarnos, a ella la acompañaron varios compañeros suyos que nos dieron mucha seguridad. ¡Quedó de lujo!
Grabamos varias escenas aquella tarde pero aún así quedamos otro día más con el resto del grupo para terminar de grabarlas todas.
Personalmente creo que esta actividad ha ido más allá de hacer un vídeo. Ha sido un trabajo duro pero reconfortante y sólo me queda agradecer a las personas que nos han apoyado, dentro y fuera del vídeo, con sus opiniones y sobre todo con su crítica.





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